Decimos con mucho vigor, ¡No! De vez en cuando, cierto cliente descontento, o alguien que sencillamente quiere armar pleito con nuestra compañía, ha esparcido correos calumniosos o ha colocado comentarios diciendo que somos "apóstatas". Nuestro protocolo es el no responder a tales acusadores directamente, por la razón que quizás ellos mismos sean apóstatas. Por lo general, al leer estos comentarios se hace evidente que las acusaciones son falsas. Quizás el o la comentarista señale la reputación de supuestos empleados de nuestra compañía, quienes en realidad no tienen nada que ver con nuestra compañía. También es posible que tergiversen citas de artículos de La Atalaya. Nosotros creemos que nuestra reputación nos exime de tales acusaciones infundadas. Los enemigos de Jesús le acusaron de ser "un hombre glotón y dado a beber vino, amigo de recaudadores de impuestos y pecadores". Nuestra respuesta a estas acusaciones es la misma que Jesús dio: "La sabiduría queda probada justa por sus obras¨." (Matthew 11:19, Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras)
Si aún tiene usted dudas en cuanto a nosotros, le invitamos a que nos contacte, para que podamos darle una explicación más detallada.
Debido al hecho de que somos una compañía popular con muchos clientes, de vez en cuando hay personas que quieren ofendernos de alguna manera. Lo dicho anteriormente es la razón por la cual no revelamos información personal, por ejemplo, los nombres de las congregaciones en dónde sirven nuestros empleados. Haciéndolo así, evitamos problemas innecesarios. Lamentablemente, hemos aprendido por las malas que el suministrar tales datos personales a extraños puede costarnos caro a nosotros y a nuestras familias, en cuanto a nuestra privacidad y seguridad personales. Hay personas a quienes les gusta el pleito, y para nosotros, es difícil conocer la identidad de un autor de un correo, que sea "de buenas intenciones" o no.
w02 15/11 págs. 14-19: La calumnia […] consiste en una acusación falsa que se hace contra alguien para dañar su reputación. Tal forma de hablar es maliciosa e impía. Por eso, Dios les dijo a los israelitas: “No debes andar entre tu pueblo con el fin de calumniar.” (Levítico 19:16)